La industria de los chips enfrenta su mayor retroceso en años tras las advertencias de Nvidia y ASML, arrastrando a gigantes como AMD, Intel y TSMC.

El sector tecnológico global atraviesa un momento crítico. Las recientes declaraciones de Nvidia y ASML, dos de las compañías más influyentes en la industria de los semiconductores, han generado una reacción en cadena en los mercados bursátiles, provocando una pérdida combinada de más de 420.000 millones de dólares en valor de mercado.

Nvidia: Restricciones a China ponen en jaque al crecimiento

La gigante de los chips gráficos, Nvidia, advirtió sobre posibles pérdidas por 5.500 millones de dólares debido a las restricciones impuestas por Estados Unidos a la exportación de sus chips H20 hacia China. Estas limitaciones, parte de la nueva política comercial para contener el avance tecnológico chino, han impactado directamente en sus proyecciones de ingresos y han provocado una caída de casi 6% en sus acciones en la preapertura del mercado.

ASML: Proyecciones a la baja y advertencia desde la cima

Desde Europa, ASML, líder mundial en maquinaria para la fabricación de microchips, recortó su previsión de ventas para 2025, situándola entre 30.000 y 35.000 millones de euros, en el extremo inferior de lo proyectado previamente.

El nuevo CEO de la compañía, Christophe Fouquet, lanzó una advertencia que puso nerviosos a inversores de todo el mundo: “La recuperación del mercado será lenta y no veremos una estabilización real hasta finales de 2025”.

Efecto dominó: Intel, AMD y TSMC también caen

Las consecuencias no se limitaron a estas dos empresas. Los gigantes del sector como Intel, AMD y TSMC también vieron cómo sus acciones caían ante la incertidumbre global. Los inversores reaccionaron rápidamente ante la posibilidad de una desaceleración sostenida en la producción y demanda de chips.

¿Qué significa esto para el futuro del sector tecnológico?

La combinación de una menor inversión en infraestructura tecnológica, una demanda inestable y tensiones geopolíticas crecientes sugiere que la industria de semiconductores enfrenta uno de sus mayores desafíos desde la pandemia. Aunque la demanda impulsada por la inteligencia artificial se mantiene fuerte, otros segmentos como la electrónica de consumo y servidores empresariales muestran señales de desaceleración.

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